sábado, 22 de septiembre de 2012

Ossadía

Si admito que me gusta el enigmático hombre tras alguna batería que hace ruidos conocidos, si admito que su aire inglés, su intelecto y su semblante de hombre de mundo me hacen soñar despierta, si admito que su sonrisa me derrite en la distancia y no la he conocido, que su wiskey y su tabaco me parecen seductores, que esa ropa desgarbada que no se sabe si es a propósito el look under pero sofisticado o es elegido con pinzas me intriga, entonces admitiría que vivo en fantasías que sólo nuevos tiempos traen al alcance de mi mente. Odio la locura de pensar que quiero algo que no sé si es real y también de pensar que no sé lo que quiero, porque quiero eso, pero también quiero otras cosas, y cómo encontrar la combinación perfecta de lo que te derrite con lo que te llena, con el que va a estar ahí cuando lo necesites porque de cierta forma, se desvivirá por ti cuando más lo necesites. Y la mutualidad, la comunión, el sacrificio...suena religioso, pero para que las cosas se den dentro del tira y afloja, deben existir y permanecer, junto con la locura y pasión de este sinsentido que es la atracción. No tengo más conclusiones que sí, lo admito, "me gusta, pero me asusta" y ese estúpido sentimiento de que las cosas estan "out of your league" pero que igual, de alguna forma, son alcanzables. Algún día el sueño hecho realidad. Así sea.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Qué valgo?

Desde el día en que fui fecundada, cuántos gastos han incurrido por mi sin siquiera yo tener conciencia de ellos y ya crecida me doy cuenta que estoy en deuda sin quererlo, nada me pertenece, ni siquiera lo que creo valorar, lo peor es que desde la niñez se piensa que pedir es normal y resulta hasta ser un derecho en tu condición de invitado a la vida mas, con el tiempo, te das cuenta que no, al final, todo será cobrado y era sólo un préstamo que ni siquiera sabes cómo lo vas a devolver si no es por el camino que te es forzado a seguir: el 7 de la perfección; Nunca lo fui y nunca lo seré, no es algo que llame realmente mi atención, es más, detesto que esa cifra me haga feliz.
Qué valor tiene la vida si sólo se ve en cifras, en como sustentarla, y como te endeudas, yo ya estoy viendo mi deuda: más de 60 millones invertidos en cosas que pedí y que no, y siento que tácitamente está siendo pedida la devolución, porque ya están hartos de que yo simplemente este aquí. Es hora de aportar.
Mis aportes a la vida, no han resultado ser muy eficientes, recuerdo que mi sueño máximo de infancia era ser cantante y ayudar a la gente desde esa posición aportando mi "granito de arena", todo esto después de haber querido ser gimnasta olímpica, sueño frustrado por no querer terminar anoréxica como la flacuchenta de al lado, y por no soportar la presión de que me dijeran panzona. Sí, esperaron a que yo decidiera salirme, no, a nadie le importo que yo abandonara mis sueños en vez de intentar alcanzarlos por otro lado, total sólo tenia 10 años, qué sabía de la vida, así no corría riesgos de quedar inválida y un ahorro más en la deuda que estaba comenzando a formar. luego llegó la guitarra, tocar el palo palito y hacer mi escenario ficticio, los retos para que me callara, un par de clases de canto donde al parecer tenía talento, un resfrío, cero estímulos positivos y adiós, no ampliemos más la deuda, total no eres tan talentosa como sueñas serlo. Qué me queda, sigo en deuda, y no tengo más caminos, lo que me gusta hacer es arte pero no da frutos, cantas, actúas, pintas, escribes poemas, haces manualidades, bailas, editas videos, editas fotos, sabes de repostería, eres eficiente y trabajadora cuando hay que serlo, pero nada de eso es suficiente, nada de eso te salva de la deuda, eres muy dispersa, no terminas las cosas que empiezas y siempre priorizas a los demás sobre tu deuda, siempre logras meterte en problemas por no saber decir que no y priorizar a los demás.
Dónde queda el amor, el cariño, el apoyo y el afecto, dentro de mi deuda, hay algo de eso, pero lamentablemente parece que siempre gana el otro lado: no aporto nada de lo que esperan que aporte, y comienzo a cuestionarme de nuevo qué hago aquí, yo no decidí estar aquí, esta no es mi opción, pero ya que estoy aquí voy a hacerlo lo más ameno para mí, voy a hacer lo que a mí me gusta, no lo que a ti te aporta, si no lo que a mí me aporta, porque eso es lo que no viste al comenzar a invertir en mí, y es que pese a eso, yo no soy maleable, soy como soy, y si tu decidiste tenerme, mi deuda, no es deuda, fue la decisión que tal vez tomaste a ligera, y mi forma de ser no significa que no me esforzaré en ser responsable y cumplir en las cosas básicas que se me pidan, pero todo dentro de lo que es ser como soy. Ya llegará el momento en que me independice, pero lamentablemente, mientras estoy todo el día trabajando por ello sin recibir paga alguna, no puedo.
Hoy soy sólo una cifra: 16 millones y un poco más, pero mi deuda conmigo misma aún no está saldada, y mi deuda contigo, esta por cerrarse. Así es la vida que tú quisiste y a la que yo entré para ajustarme.