sábado, 15 de junio de 2013

A la mujer que más he admirado

Ayer se fue la mujer que más he admirado en mi vida, se apagó como una lucecita para transformarse en amor.
Ella era una mujer vibrante, sumamente inteligente, de carácter fuerte y tierno, inigualable, llena de historias increíbles y  quizás cuantas otras que nunca sabremos.
De niña recuerdo que fue quien me incentivó a pintar, a contar historias y buscar tesoros, a jugar, a ser creativa y soñar en grande, cosas que hasta el día de hoy no he dejado de hacer.
Un cerro de historias, cómo trabajó en la fábrica de jabones, cómo hacía ositos de peluche articulados, cómo fabricaba ropa y la última que supe: tuvo un caballo, el cual regaló al no tener donde dejarlo ni cómo cuidarlo. Eso es lo que quiero para mi vida, tener mil y una historias, usando todas mis habilidades de maneras tan distintas, siendo dispersa, soñando en grande, para lograr grandes cosas y dejar una huella en este mundo que es simplemente otorgar tus vivencias a quienes más quieres y buscar la felicidad juntos, el tesoro más maravilloso que la vida te puede dar.
La gente puede que no entienda mi carácter, pesada, mañosa, alegona, pero querendona al infinito con quienes están verdaderamente en mi corazón, yo tampoco lo entiendo, pero sé de donde viene. Te adoro, y espero que tengas esa tranquilidad que estabas buscando después de toda esta vida en la que te tocó ser fuerte y luchar por lo que querías.
Por último, darte las gracias, porque con todo lo que has hecho, me enseñaste que sí se puede y al final, hay que puro ser feliz. Te amo y siempre te llevaré con orgullo en mi corazón.

P.D: Ita: la llevas.