viernes, 10 de enero de 2014

Verano; tedioso.

Me levanto arrastrada por el calor a horas que no me gustan. Es como caerme de la cama por el dolor de cabeza, pero mi cuerpo no se golpea, apenas se mueve y murmura frases de tedio y de desgano. Si ni tranquila puedo abrazar mi almohada, porque mi calor me asfixia.
Cuando por fin logro salir de las sabanas, no tengo ganas de ducharme, no tengo ganas de ejercitarme, ni de leer ni pintar ni escribir ni cantar. Tengo ganas de comer, de comer y dormir, y ver tele. Parezco un zombie, un zombie de verano, porque el calor me mata y me remata como círculo vicioso, y así estoy... Todo el día.
No quiero ver a nadie y a la vez no me gusta no tener planes. Verano, acábate.
Si se acaba este calor tedioso, significa que he vuelto a la vida de estar ocupada con cosas que no me matan. Me gusta estar ocupada, ocupadísima, pero me gusta hacerlo con cosas que me llenan.
También quiero historias, encerrada comiendo, durmiendo y viendo tele, solo veo historias que no son la mía y sueño historias que sé que nunca serán verdad. Verano, te odio.
Verano, en mi mente te termino, te dejo ser un rato, y después te remato. Ya te daré historias, cuando venza tu tedio y el mío.